Marcos Aguinis, “El veneno de la épica kirchnerista”, La Nación, martes 21 de agosto
del 2012.
Marcos Aguinis
es un reconocido escritor argentino, que ha publicado artículos en varias
partes del mundo. Se caracteriza, entre muchos de sus aspectos, su tinte
ideológico liberal y anti populismo. En este artículo llamado “El veneno de la épica kirchnerista” utiliza
varios argumentos falaces y ambiguos con el fin de asociar al actual gobierno
constitucional de Argentina, con el de los feroces autoritarismos genocidas del
siglo XX (como por ejemplo el nazismo). Es un artículo muy rico en conceptos y
argumentos, pero se intentará esbozar los más polémicos y evidentes.
Empezando por el
título que lleva el articulo, cargado de un gran contenido filosófico. Es muy
llamativo el uso de la palabra “épica”, relacionando tal genero literario con
el actual discurso dominante en Argentina. Se encarga de descalificar la
función social del “mito” (épico) que sirve como base para la construcción de
un modelo de país determinado. Posicionándose claramente en un paradigma
racionalista, del iluminismo (que pretende iluminarnos con la luz de la razón).
La épica del kirchnerismo, similar a la épica de los primeros gobiernos
peronistas, es la que construye un mito
popular, con el fin de crear la identidad de un pueblo con el proyecto político
que se intenta establecer. Y aquí es donde dicho autor, toma distancia con los
gobiernos de carácter populista. Donde el veneno, que contrae es similar al
veneno del nazismo, fascismo y todo autoritarismo que dejó cifras de muertes y
torturas en la historia. Esta relación forzada, que tiene como único objetivo
desprestigiar lo estudiado, se la conoce como la falacia de Godwin.
De esto se va a
encargar en los dos primeros párrafos. De atacar al mito con el cual se construye
el actual proyecto político, y desvalorizar los conceptos tales como “nacional
y popular”, “derechos humanos”, “justicia social”, etc., sin profundizar la
problemática sobre tales. En su relación forzosa sobre el actual gobierno, y
los autoritarismo (como por ejemplo el de Corea del Norte), nos deja una
posible implicatura. Amenaza que si le seguimos dando poder, podría ocurrir un
“socialismo salvaje”. También hace referencia sobre “el Eternauta” y la “bella
dama”, con el único fin de desprestigiar sin dar argumento alguno.
Con el correr de
las líneas, profundiza la falacia de atinencia, específicamente Argumentum ad hominem. Ya que describe la
historia personal del ex presidente Néstor Kirchner, no desde una perspectiva
crítica a sus políticas o proyectos, sino desde una simple denigración a su
persona.
“(…) instalado
en la Casa de
Gobierno, puso en marcha una política autoritaria desprovista de piedad.
Reformó la Constitución
para ser reelegido hasta que él mismo dijese basta. Persiguió a los medios de
comunicación con dientes de lobo para conseguir la supresión de toda crítica.
Amedrentó al Poder Judicial. Pisoteó a la oposición. E impuso la identidad
entre Estado y gobierno o -más claro aún- entre Estado, gobierno y él mismo. La
fórmula del omnipotente Luis XIV”.
Entre líneas se puede percibir el grado de agresión que parece criticar el
mismo desde un principio. Es claro que la reforma de la constitución no es para
gobernar hasta que él mismo quisiera, sino de hacerlo todas las veces que el
voto democrático lo estableciera. Desde ahí intenta describir un posible
autoritarismo y lo compara con Luis XIV de Francia, recurriendo a la falacia de
Godwin.
A continuación
expone: “No se sabe por dónde circularon
los dólares, cuánto perdieron o ganaron los depósitos. Es un trayecto tan
misterioso como el tenebroso viaje al que fue sometido el cadáver de Evita.”.
Aquí no solo hay una comparación absurda (ya que no hay puntos en común entre
ambos hechos), sino que también se encuentra la intención de separar la imagen
de Evita del gobierno de Néstor Kirchner, que tantas veces revindicó. Violando
de tal manera la máxima de Grice de cualidad (“no diga algo de lo que no tiene
pruebas suficientes”).
Explícitamente se
ve, que el veneno de dicha épica consiste en el personalismo y el
autoritarismo. La supuesta falta de proyectos políticos y su constante
asociación con la imagen de Luis XIV. Las consecuencias de tal veneno serían
terribles. Me gustaría nombrarlas para reflexionar acerca de ella:
o
La “ingratitud”
con la cual se alejó de Duhalde y Lavagna, sin profundizar demasiado en dichos
casos, con el único fin de demonizar al expresidente. Violando la máxima de
Grice de cantidad (“sea todo lo informativo que se requiera”).
o
El “escrache”,
que como bien sabemos es un hábito de los movimientos piqueteros y de otras
agrupaciones, que suele acompañar una causa de justicia. Pero es más que claro
que no es algo inventado por dicho gobierno. La cuestión estaría, en que nunca
repudió tales eventos (ni reprimió) ya que es parte de la libertad que nos
brinda la convivencia en democracia. Esto sería una falacia informal de
composición, lo que ocurre en ciertas agrupaciones sociales se atribuye a la
complejidad y al poder de turno.
o “Gracias a la épica kirchnerista ya no se pueden reunir
familias enteras ni grandes grupos de amigos porque estalla la confrontación.”.
Debido a que esto es improbable (científicamente), sería bueno pensar si el
debate político que se ve insaturado en la sociedad, es motivo de que no se
puedan reunir familias enteras ni amigos. Parece que hay tal grado de rechazo
al debate político, que se busca un extremo fatal para evitar que esto suceda. A
esto se lo denomina falacia de la pendiente resbaladiza “Slippey Slope”, debido
a la vuelta del debate político en el común de la gente, se destruyen las
relaciones familiares y amistosas.
o
“Las fuerzas
(¿paramilitares?) de Milagro Sala provocaron analogías con las Juventudes
Hitlerianas. Estas últimas, sin embargo, por asesinas y despreciables que hayan
sido, luchaban por un ideal absurdo pero ideal al fin, como la raza superior y
otras locuras. Los actuales paramilitares kirchneristas, y La Cámpora, y El Evita, y
Tupac Amaru, y otras fórmulas igualmente confusas, en cambio, han estructurado
una corporación que milita para ganar un sueldo o sentirse poderosos o meter la
mano en los bienes de la nación.” Aquí no solo se repite la falacia de
Godwin sino que se profundiza hasta el punto de posicionar a la juventud del
genocidio alemán mejor formada que las juventudes militantes actuales. Si fuera
cierto lo que el autor expone sobre meter la mano en los bienes de la nación,
se le pediría que haga las denuncias correspondientes. Así evitaría volver a
caer en la violación de la máxima de Grice de cantidad ya mencionada.
Para culminar el autor critica a la
gente que se siente representada por Cristina Fernández, la actual presidenta y
esposa del fallecido Néstor Kirchner. Desde
su preocupación de un intelectual opositor, que ve cómo parte de la
población se identifica y defiende no solo a una persona, sino también a un
proyecto. También habla de la reelección indefinida, otros temas que alerta a
un sector de la sociedad, desde una especulación sin fundamentos (ya que hasta
el momento no existe tal proyecto), y la supuesta violación del estado de
derecho. Crítica que se hace común a los gobiernos que promueven un
intervencionismo estatal al mercado.
El artículo es rico en redacción, y
es bastante atrapante. Si bien no puedo coincidir con el acto ilocutivo del
mismo, creo que refleja claramente el pensamiento y prejuicios de un sector de
nuestra sociedad.
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